13
EÍDOS 20
2022
Resumen:
A medida que los países se industrializan, la tasa de
urbanización tiende a acelerarse. Se estima que para
el año 2030, el 60 % de la población mundial vivirá en
áreas urbanas, lugares donde se concentran factores
sociales como la pobreza, la desigualdad, la migración,
asentamientos humanos ilegales y la degradación
ambiental, los cuales obstaculizan el desarrollo
sostenible y contribuyen a una mayor transmisión de
enfermedades infecciosas. A lo largo de este artículo,
discutiremos la relevancia de una planicación y la
implementación de políticas urbanas adecuadas
para el control de enfermedades infecciosas, como
el dengue, la leishmaniasis y el COVID-19, las que
han afectado especialmente a aquellas personas
que habitan en asentamientos informales o en zonas
urbanas no planicadas. Mediante una extensa revisión
de literatura demostraremos que la planicación y las
políticas urbanas desempeñan un papel importante
en la prevención de enfermedades y en la creación de
entornos de vida saludable, mientras que la falta de estas
puede ampliar los riesgos para la salud de las personas.
Las experiencias de Brasil y los datos epidemiológicos
en Ecuador en cuanto al dengue y la leishmaniasis
demuestran el impacto que la urbanización no
planicada y las inequidades no resueltas pueden tener
en la salud pública. Cabe destacar que la salud ocupa
un lugar imprescindible en las interrelaciones de las
ciudades y comunidades sostenibles. Por ello es esencial
contar con un equipo interdisciplinario que involucre a
urbanistas, arquitectos, constructores y profesionales en
la salud pública para trabajar en las diferentes facetas
del ordenamiento urbano y territorial, para planicar y
crear espacios que posean las condiciones de salud
adecuadas y mejoren la calidad de vida de los habitantes.
Palabras clave: : COVID-19, dengue, Ecuador,
hacinamiento, infraestructura, leishmaniasis, salud,
urbanización.
Abstract:
The rate of urbanization tends to accelerate as countries
industrialize. It is estimated that by 2030, 60 % of the
world’s population will live in urban areas, where social
factors such as poverty, inequality, migration, illegal
human settlements and environmental degradation are
concentrated, hindering a sustainable development and
contributing to an increased transmission of infectious
diseases. Throughout this article, we will discuss the
importance of urban planning and the development
of policies for the control of infectious diseases, such
as dengue, leishmaniasis and COVID-19, diseases
that have mainly affected those who live in unplanned
urban areas or informal settlements. Through an
extensive review of the literature, we will demonstrate
that urban planning and policies play an important role
in disease prevention and on the creation of healthy
living environments, but the lack of them can amplify
the risks to people’s health. The experiences of Brazil
and the epidemiological data in Ecuador regarding
dengue and leishmaniasis demonstrate the impact
that unplanned urbanization and unresolved inequities
can have on public health. It should be noted that
health has an essential place in the interrelationship
of sustainable cities and communities, it is essential
to have an interdisciplinary team that involves urban
planners, architects, builders and public health
professionals to work throughout the process that
involves urban planning; to create spaces that have
adequate health conditions and to improve the quality
of life of the populations that live in those places.
Keywords: COVID -19, dengue, Ecuador, health,
infrastructure, leishmaniasis, overcrowding,
urbanization.
EÍDOS No20
Revista Cientíca de Arquitectura y Urbanismo
ISSN: 1390-5007
revistas.ute.edu.ec/index.php/eidos
Relación entre la estructura urbana y la transmisión
de enfermedades infecciosas
The relationship between urban structure and the transmission
of infectious diseases
1Camila Montesinos-Guevara, 2Josselyn Pabón-Angulo, 3Daniel Simancas-Racines
1Centro de Investigación en Epidemiología Clínica y Salud Pública (CISPEC). Facultad de Ciencias de la Salud Eugenio
Espejo. Universidad UTE. Quito, camila.montesinos@ute.edu.ec, ORCID: 0000-0001-6763-3644
2Maestría en Epidemiología. Facultad de Ciencias de la Salud Eugenio Espejo. Universidad UTE. Quito,
pajr1991@hotmail.com, ORCID: 0000-0002-8279-1357
3Centro de Investigación en Epidemiología Clínica y Salud Pública (CISPEC). Facultad de Ciencias de la Salud Eugenio
Espejo. Universidad UTE. Quito, dsimancas@ute.edu.ec,ORCID: 0000-0002-3641-1501
MONTESINOS-GUEVARA, et al. - Relación entre la estructura urbana y la transmisión de enfermedades infecciosas pp. 13-19 ISSN:1390-5007
Recepción: 17, 03, 2022 - Aceptación: 20, 05, 2022 - Publicado: 01, 12, 2022
14
EÍDOS 20
2022
1. INTRODUCCIÓN
A medida que los países se
industrializan, la tasa de urbanización
tiende a acelerarse. Se estima que para el
año 2030, el 60 % de la población mundial
vivirá en áreas urbanas (ONU, 2016).
Áreas donde se concentran factores
sociales como la pobreza, la desigualdad,
la migración, los asentamientos humanos
ilegales y la degradación ambiental, los
cuales obstaculizan el desarrollo sostenible
en materia de vivienda, infraestructura,
acceso a servicios básicos, seguridad
alimentaria, salud, educación, empleos
decentes, seguridad y recursos naturales,
entre otros (Naciones Unidas, 2016). A
su vez, la incidencia de enfermedades
no trasmisibles y transmisibles sigue en
aumento, lo cual también incrementa
los costos sanitarios. La planicación y
las políticas urbanas desempeñan un
papel importante en la prevención de
enfermedades, las decisiones tomadas
pueden aportar a la creación de entornos
de vida saludable o ampliar los riesgos
para la salud de las personas (ONU-
HABITAT, 2021).
Los entornos urbanos no
planicados crean las condiciones
necesarias para los brotes y propagación
de enfermedades infecciosas, lo que
también contribuye a la carga nacional
de enfermedades para los sistemas
de salud ya inestables. A lo largo de
este artículo, discutiremos la relevancia
de una planicación y políticas
urbanas adecuadas para el control de
enfermedades infecciosas, como es el
caso del COVID-19, la cual ha afectado
globalmente, en especial, a aquellas
personas que habitan en asentamientos
informales o en zonas urbanas no
planicadas. Para la realización de este
artículo hemos buscado estudios en
las bases de datos PubMed y Medline;
también accedimos a reportes de
entidades de referencia en el tema (p. ej.
ONU y OMS), y buscamos información
en la literatura gris (Google Académico).
Además, a través de varios ejemplos
mencionaremos estrategias que, desde
la salud urbana, se recomiendan a los
profesionales involucrados en el diseño
de las ciudades para una adecuada
planicación que considere la salud de la
población.
2. DESARROLLO
Un primer ejemplo de cómo
inuye la planicación urbana sobre las
enfermedades infecciosas es el caso
del dengue y la leishmaniasis visceral,
consideradas como enfermedades
infecciosas desatendidas transmitidas por
vectores tales como el mosquito Aedes
aegypti y los mosquitos Phlebotomus
o Lutzomyia, respectivamente (Marchi
MNA, 2021; Messina et al., 2019). El
ciclo de transmisión de sus agentes
causantes generalmente se restringía a
las áreas rurales, pero el aumento de la
movilidad de la población, la urbanización
descontrolada, la deforestación y el
colapso de las infraestructuras de
salud pública han alterado la densidad,
distribución y reservorios de los vectores,
extendiendo su transmisión a áreas
urbanas (Marcos-Marcos, 2018).
En cuanto a la leishmaniasis
visceral, en 1980 en la ciudad de Teresina,
Brasil, se produjo una epidemia urbana
de dicha patología, que en un principio
se la consideraba de zonas rurales. La
principal causa atribuible a esta epidemia
fue la transición urbana de la transmisión,
ya que, debido a las sequías y la baja
producción agrícola, aumentó la migración
de la población desde la zona rural a
la urbana en la ciudad de Teresina. La
mayoría de los casos se encontraron en las
afueras de la ciudad, donde los migrantes
rurales se concentraron en asentamientos
informales. La ciudad alcanzó un pico
epidémico en 1984, el cual representó
más del 60 % del total de casos noticados
en todo el estado (Costa et al., 2005), de
hecho, el riesgo de contraer leishmaniasis
visceral en Teresina entre 1980 y 1990
llegó a ser de cuatro a seis veces mayor
para las personas que vivían en casas
sin alcantarillado y recolección regular de
desechos sólidos que para las personas
que las tenían (Drumond y Costa., 2011). En
un estudio realizado entre 2001 y 2018 se
determinó que factores biológicos, como:
edad, sexo, enfermedades concomitantes
y factores socioeconómicos como el
nivel de educación, nivel de ingresos,
acceso a alcantarillado y saneamiento,
siguen siendo factores desencadenantes
para el desarrollo de la enfermedad en
algunas zonas de Teresina (Everton F.,
2020). En Ecuador, durante el año 2020
ISSN:1390-5007 MONTESINOS-GUEVARA, et al. - Relación entre la estructura urbana y la transmisión de enfermedades infecciosas pp. 13-19
15
EÍDOS 20
2022
se reportaron 924 casos de leshmaniasis
(MSP, 2021). Las provincias con climas
cálidos, sobrepoblación y problemas
de infraestructura de saneamiento son
aquellas que presentan un patrón de
distribución de leishmaniasis similar al
mencionado en Brasil (Toalombo, 2021).
Los países que cuentan con zonas
cálidas y tropicales generalmente reportan
una mayor incidencia de enfermedades
infecciosas en su población. Desde 1980,
Brasil se ha convertido en el país con mayor
incidencia de dengue, con más del 60 %
de todos los casos reportados cada año en
las Américas (PAHO, 2017). Actualmente,
Brasil reporta 262 casos por cada 100 000
habitantes, lo cual representa el 83 % de
los casos en América; 172 de estos son
dengue grave (PAHO, 2021). El reporte
de dengue proviene principalmente de
sectores urbanos informales o favelas.
Estos asentamientos no cuentan con una
adecuada infraestructura de saneamiento
que se encargue del drenaje de aguas
pluviales o aguas grises, tampoco
cuentas con un sistema de agua potable
por tuberías (Charlesworth, Kligerman,
Blackett y Warwick, 2022), lo que conlleva
a tener reservorios abiertos de agua o
formación de charcos que se convierten
en fuente de propagación del mosquito.
El virus del dengue se estableció en
los centros urbanos debido a que el
mosquito Aedes aegypti se ha adaptado
completamente a los humanos, preriendo
alimentarse de ellos y reproducirse en
una amplia gama de contenedores que
generalmente se encuentran alrededor de
las casas (Mackenzie, Gubler y Petersen,
2004).En Ecuador, la distribución de
dengue, sigue un patrón similar al de Brasil,
sobre todo en zonas de infraestructura
urbana inadecuada; en 2020 se reportó
una incidencia de 98.26 casos por cada
100 000 habitantes, con una tasa de
letalidad del 0.036 % (MSP, 2021). Existen
actualmente campañas de erradicación
de los mosquitos portadores de dengue
por medio de fumigación y eliminación de
reservorios de agua estancada, pero estas
son medidas a corto plazo que pueden
llegar a traer otras afecciones a la salud
de la comunidad.
Las experiencias de Brasil y los
datos epidemiológicos en Ecuador en
cuanto al dengue y la leishmaniasis,
demuestran el impacto que la urbanización
no planicada y las inequidades no
resueltas pueden tener en la salud pública.
Un control adecuado de las enfermedades
infecciosas requiere un análisis amplio de
su transmisión y cómo se entrelaza esta
con factores socioambientales como el
saneamiento, la movilidad, las prácticas
culturales de almacenamiento de agua, al
igual que el impacto que tiene un diseño
urbano contextualizado sobre la salud de
la población (Charlesworth, Kligerman,
Blackett y Warwick, 2022). Por ejemplo,
algunos materiales con los que están
construidos ciertos hogares podrían
favorecer a la propagación del mosquito.
Estos incluyen el hormigón, asbesto o
techos de láminas de metal; por lo que
al momento de construir viviendas en
zonas de alta incidencia de dengue se
debe optar por otras alternativas, y en los
hogares que ya poseen estas estructuras,
se debe prestar mayor vigilancia al
identicar sitios de acumulación de agua
(Koyadun, S., Butrapom y Kittayapong
2012; Udayanga et al., 2018). Además,
se ha descrito que las enfermedades
infecciosas son más comunes en lugares
con mayor cantidad de habitantes en un
mismo lugar, como en un conjunto de
departamentos, esto podría deberse a
que en sitios separados, como una casa
pequeña, la gente tiende a preocuparse
más por el aseo de su entorno, a diferencia
de lugares grandes; por lo que ampliar
la separación entre departamentos sería
una estrategia recomendable para el
control de enfermedades transmitidas por
mosquitos (Udayanga et al., 2018).
Dentro del área urbana, la
planicación territorial contribuye a la
protección y mantenimiento de la salud y
el bienestar de la población. Es esencial
asegurar el acceso y un estado adecuado
de los servicios públicos de alcantarillado,
particularmente en los asentamientos
informales; redistribuir los espacios
internos y trabajar con los gobiernos
locales para que controlen los desalojos
de desechos e instalen estaciones de
agua limpia en las áreas más vulnerables
(ONU-HABITAT III, 2021).
En 2020 se pudo evidenciar lo
poco preparado que estaba el Ecuador
para enfrentar epidemias o pandemias
como la de COVID-19. No solo por
MONTESINOS-GUEVARA, et al. - Relación entre la estructura urbana y la transmisión de enfermedades infecciosas pp. 13-19 ISSN:1390-5007
16
EÍDOS 20
2022
urbana y reestructuración, especialmente
para la población más vulnerable, como
la creación de fuentes de abastecimiento
herméticos de agua en los hogares,
dotación de alcantarillado que sea
resistente al clima, tuberías, saneamiento,
recolección adecuada de desechos
sólidos, remodelación de puertas y
ventanas en los hogares para evitar el
ingreso de mosquitos, entre otros (ONU-
HABITAT, 2021, Charlesworth, Kligerman,
Blackett y Warwick, 2022).
En cuanto a la pandemia de
COVID-19, a sus inicios debió crearse
zonas de refugio para las personas que
requerían ser aisladas y que vivían en
hacinamiento con otras personas (CEPAL,
2021). Al momento, crear espacios seguros
con viviendas de emergencia que tengan
una distribución adecuada de los espacios
internos, especialmente para quienes se
encuentran en condiciones vulnerables,
puede ayudarnos a mejorar la calidad de
vida de los habitantes y disminuir la tasa de
contagios, no solo de COVID-19, sino de
otras enfermedades transmisibles (ONU-
HABITAT, 2021). Es responsabilidad
de los arquitectos, urbanistas y
trabajadores de la construcción crear
espacios habitables y accesibles que no
contribuyan a la incubación de nuevas
enfermedades transmisibles. Esto se
puede hacer a través de la construcción
de más espacios públicos abiertos, más
zonas verdes, espacios que alivien la
congestión que favorece la propagación
de enfermedades infecciosas (Alirol et al.,
2011). Las áreas urbanas podrían brindar
oportunidades para una mejor gestión de
enfermedades y vigilancia en colaboración
con las comunidades. La planicación y
gestión urbana deben ser participativas
e inclusivas, de manera que contribuyan
a mejorar la seguridad y la sostenibilidad
de las ciudades, al igual que mejorar
las condiciones de los asentamientos
marginales (HABITAT III, 2017).
Es importante también realizar
inversiones en transporte público y crear
rutas que incentiven al uso de medios
de transporte alternativo no motorizado;
además se pueden evitar aglomeraciones
en el transporte público al acercar
negocios, tiendas o servicios a las zonas
superpobladas para que la gente no
tenga que recorrer largas distancias
contar con un sistema de salud precario
y un manejo inadecuado de recursos por
parte de los gobiernos, sino también por
exponer la desigualdad socioeconómica
de muchas familias, quienes vivían en
situaciones precarias y de hacinamiento.
A esto se suma, la alta auencia migratoria
que se asienta en zonas urbanas de
escasos recursos y aumenta la densidad
de la población y el número de contagios
(Chaucai, 2021). La evidencia cientíca
señala que, en lugares poco ventilados o
cerrados, la transmisión del virus es mayor;
y muchas familias de escasos recursos
económicos suelen vivir en lugares
pequeños, habitaciones compartidas, con
poca ventilación y distanciamiento físico
inadecuado, por lo que fueron las más
afectadas en esta pandemia (Ravallion,
2020.). Además, muchas personas que
utilizan medios de transporte públicos
(p. ej. bus) para trasladarse a su lugar
de trabajo, se contagiaron debido a la
aglomeración, por lo que tuvieron que
aislarse y ausentarse laboralmente, lo
cual afectó más aún su economía y la
productividad en muchas empresas,
incrementando también el problema
económico en el país (Naciones unidas,
2020).
El control de estas enfermedades
transmisibles es una tarea compleja;
desde una perspectiva biomédica, se ha
implementado el desarrollo de vacunas
y medicamentos; estrictas medidas de
control de vectores mediante el uso
de nuevos insecticidas y mosquitos
modicados genéticamente (Gubler,
2015; Paul, Sousa, Sakuntabhai y Devine,
2014). A pesar de que estos enfoques son
necesarios, son complementarios a causas
más fundamentales de transmisión de
enfermedades infecciosas como son los
factores socioeconómicos e inequidades
que hemos mencionado y la baja calidad
de vida que se presenta en el ambiente
construido de las ciudades. Por lo tanto, es
necesario buscar soluciones permanentes
que logren tener mayor impacto en el
control de enfermedades. Es importante
el compromiso político y colaboración
regional de los gobiernos que cumplan
con los planes propuestos, en conjunto
con el aporte de los planicadores
urbanos y diseñadores de espacios
públicos, quienes deben enfocarse en
desarrollar estrategias efectivas de salud
ISSN:1390-5007 MONTESINOS-GUEVARA, et al. - Relación entre la estructura urbana y la transmisión de enfermedades infecciosas pp. 13-19
17
EÍDOS 20
2022
(Naciones Unidas, 2020). La necesidad
de una planicación urbana adecuada
y la participación de la comunidad en
la prevención de enfermedades debe
considerarse una responsabilidad mundial
que requiere una asignación de recursos
para la reducción de las desigualdades
y la generación de un medioambiente
saludable.
Finalmente, la salud ocupa un
lugar destacado en las interrelaciones de
las ciudades y comunidades sostenibles,
es esencial contar con un equipo
interdisciplinario que integre urbanistas,
arquitectos, constructores y profesionales
de salud pública para trabajar en las
diferentes facetas del ordenamiento
urbano y territorial, como la planicación
de espacios que posean las condiciones
de salud adecuadas (Bitencourt y Monza,
2017). Es también imprescindible el
apoyo de los gobiernos locales y todos
los actores que contribuyen al desarrollo
del ambiente construido y que juegan
un papel fundamental en el progreso
socioeconómico de las zonas urbanas
(HABITAT III, 2017). Se debe reconocer
que las ciudades se enfrentan a amenazas
sin precedentes planteadas por las pautas
insostenibles de consumo y producción, la
pérdida de diversidad biológica, la presión
sobre los ecosistemas, la contaminación,
los fenómenos naturales y los desastres
causados por el ser humano, el cambio
climático y sus consecuencias. Es
necesario pasar del enfoque tradicional
de espacios llenos de concreto a tener
espacios públicos más integrales, que
cuenten con más áreas verdes y consideren
siempre el mejorar la calidad de vida de
los habitantes (Naciones Unidas, 2020).
Para ello es indispensable fortalecer las
capacidades de los gobiernos locales en
la construcción de nuevas infraestructuras;
contar con ideas nuevas de las ciudades
que queremos desarrollar desde nuestro
contexto y tomando en cuenta los patrones
de distribución de las enfermedades
transmisibles que están relacionados con
el ambiente en el que vive la población
expuesta (ONU-HABITAT, 2021).
3. CONCLUSIONES
Las malas condiciones de vivienda,
con diseño e infraestructuras inadecuadas y
descontextualizadas; la falta de recolección
de desechos sólidos; los problemas de
infraestructura de saneamiento y demás
problemas socioeconómicos, contribuyen
a la propagación de varias enfermedades
infecciosas como la leishmaniasis, el
dengue o el COVID-19. Los sectores
vulnerables de asentamientos informales
suelen ser los más afectados, como se
pudo evidenciar en Ecuador durante
los picos de la pandemia de COVID-19,
donde la transmisión fue mayor debido al
hacinamiento, al no tener lugares ventilados
y abiertos, y al tener una mayor movilidad
de personas hacia varias zonas urbanas
debido la migración.
Es necesario que urbanistas,
arquitectos y todo el personal involucrado
en la construcción y planicación de las
ciudades tomen en cuenta estos factores
y colaboren más con los gobierno locales
y salubristas para crear más espacios
públicos verdes y abiertos. Además de
mejorar las condiciones del transporte
público y no motorizado. Es fundamental
el que se desarrollen proyectos de
vivienda digna y contextualizadas a
nuestra realidad. En general, que creen
espacios salubres que ayuden a mitigar la
transmisión de enfermedades infecciosas.
De manera que liberen la carga que tiene
el sistema sanitario y se mejora la calidad
de vida de los habitantes.
4. REFERENCIAS
Alirol, E., Getaz, L., Stoll, B., Chappuis,
F. y Loutan, L. (2011) Urbanización y
enfermedades infecciosas en un mundo
globalizado. Enfermedades infecciosas
de The Lancet, 11(2), 131-141.
Bitencourt, F., y Monza, L. (2017).
Arquitectura para salud en América Latina.
Río de Janeiro: Río Books. Obtenido de:
https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/
Lists/BibliotecaDigital/RIDE/INEC/INTOR/
arquitectura-salud-america-latina.pdf
(Accedido el: 17 Marzo 2022).
CEPAL, (2021). Las personas
afrodescendientes y el covid 19: develando
desigualdades estructurales en America
Latina. Informes COVID-19. Naciones
Unidas. B (1). Obtenido de: https://www.
cepal.org/sites/default/files/publication/
les/46620/S2000729_es.pdf (Accedido
el: 17 Marzo 2022).
MONTESINOS-GUEVARA, et al. - Relación entre la estructura urbana y la transmisión de enfermedades infecciosas pp. 13-19 ISSN:1390-5007
18
EÍDOS 20
2022
Mackenzie, J., Gubler, D. y Petersen,
L. (2004) Flavivirus emergentes: la
propagación y el resurgimiento de la
encefalitis japonesa, los virus del Nilo
Occidental y el dengue. Medicina natural,
10(12s), S98.
Marchi, M., Caldart, E., Martins F., Freire,
R.(2019). Spatial analysis of leishmaniasis
in Brazil: A systematized review. Rev Inst
Med Trop Sao Paulo. Dec 20; 61: e68.
doi:10.1590/S1678-9946201961068
MSP. (2021). Subsistema de vigilancia
Sive-Alerta enfermedades trasmitidas por
vectores. Obtenido de: https://www.salud.
gob.ec/wpcontent/uploads/2021/01/
Vectores-SE-01.pdf (Accedido el: 17
Marzo 2022)
Marcos-Marcos, J., Olry de Labry-Lima,
A., Toro-Cardenas, S., Lacasaña M.,
Degroote, S., Ridde, V. y Bermúdez-
Tamayo, C. (2018). Impact, economic
evaluation, and sustainability of
integrated vector management in
urban settings to prevent vector-borne
diseases: A scoping review. Infect. Dis.
Poverty, 7(1):83. doi:10.1186/s40249-
018-0464-x.
Messina, J., Brady, O., Golding, N.,
Kraemer, M., Wint, G., Ray, S., et al. (2019).
The current and future global distribution
and population at risk of dengue. Microbiol.
4(9): 1508-1515. doi:10.1038/s41564-019-
0476-8.
MSP, (2021). Subsistema de Vigilancia
SIVE- Alerta Enfermedades transmitidas
por vectores Ecuador, se 08-2021.
Obtenido de: https://www.salud.gob.ec/
wpcontent/uploads/2021/05/Vectores-
SE-15.pdf (Accedido el: 17 Marzo 2022)
Naciones Unidas (2016). Las ciudades del
mundo en 2016. Obtenido de: http://www.
un.org/en/development/desa/population/
publications/pdf/urbanization/the_worlds_
cities_in_2016_data_booklet (Accedido el:
7 Mayo 2022)
Naciones Unidas (2020). Documento de
políticas: La covid-19 en un mundo urbano.
Obtenido de https://www.un.org/sites/un2.
un.org/les/covid19_in_an_urban_world_
spanish.pdf. 14(5), parr. 8 (Accedido el: 7
Mayo 2022)
Charlesworth, S., Kligerman, D., Blackett,
M. y Warwick F. (2022). The Potential
to Address Disease Vectors in Favelas
in Brazil Using Sustainable Drainage
Systems: Zika, Drainage and Greywater
Management. Int J Environ Res Public
Health, 19(5), 2860. doi:10.3390/
ijerph19052860.
Chaucai, R. (2021). La covid-19 en
Ecuador: Fragilidad política y precariedad
de la salud pública. Obtenido de:
https://www.scielo.br/j/hcsm/a /a/
Mt4Y7Ykrnwt5x7tzKdZHDYG/?lang=es
&format=pdf (Accedido el: 17 Marzo
2022).
Costa, C., Werneck, G., Rodrigues,
L., Santos, M., Araujo, I., Moura, L.,
Moreira, S., Gomes, R. y Lima, S. (2005)
Estructura del hogar y servicios urbanos:
objetivos desatendidos en el control
de la leishmaniasis visceral. Annals of
Tropical Medicine & Parasitology, 99(3),
229-236.
Drumond, K., y Costa, F (2011). Forty
years of visceral leishmaniasis in the State
of Piaui: a review. Rev. Inst. Med. Trop.
Sao Paulo. 53(1), 3-11. doi:10.1590/s0036-
46652011000100002.
Everton F. (2020). Modelado espacio-
temporal de la leishmaniasis visceral
en el medio oeste de Brasil: un estudio
ecológico de datos de 18 años (2001-
2018). Obtenido de: https://www.ncbi.
nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7531797/
(Accedido el: 17 Marzo 2022).
Gubler, D. (2015) La alianza para el control
del dengue: una nueva alianza global para
la prevención y el control del dengue.
Vacuna, 33(10), 1233.
HABITAT III, 2017. Naciones Unidas.
Nueva Agenda Urbana. Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Vivienda y
Desarrollo Urbano Sostenible. Obtenido
de: https://habitat3.org/ (Accedido el: 17
Marzo 2022)
Koyadun, S., Butraporn, P. y
Kittayapong, P. (2012). Ecologic and
sociodemographic risk determinants for
dengue transmission in urban areas in
Thailand, Interdiscip Perspect. Infect. Dis.
doi:10.1155/2012/907494.
ISSN:1390-5007 MONTESINOS-GUEVARA, et al. - Relación entre la estructura urbana y la transmisión de enfermedades infecciosas pp. 13-19
19
EÍDOS 20
2022
ONU-Hábitat (2021). Integrar la salud en la
planicación urbana y territorial. Obtenido
de: https://unhabitat.org/sites/default/
les/2021/06/21116_spanish_integrating_
health_in_urban_and_territorial_planning.
pdf. 6(3), 10 (Accedido el: 7 Mayo 2022)
PAHO (2017) Estrategia de Gestión
Integrada para la prevención y control
de dengue en la región de las Américas.
Obtenido de https://iris.paho.org/bitstream/
handle/10665.2/34859/OPSCHA17039_
spa.pdf?sequence=8&isAllowed=y
(Accedido el: 7 Mayo 2022)
PAHO (2021) Actualización Epidemiológica
Arbovirosis en el contexto de COVID-19.
Obtenido de OPS: https://www.paho.
org/es/documentos/actualizacion-
epidemiologica-arbovirosis-contexto-
covid-19-2-julio-2021. (Accedido el: 7
Mayo 2022)
Paul, R., Sousa, C., Sakuntabhai, A. y
Devine, G. (2014). Es posible que el control
de mosquitos no refuerce las vacunas
imperfectas contra el dengue. The Lancet,
384 (9956), 1747-1748.
Ravallion, C. (2020). La desigualdad y el
coronavirus: covariables socioeconómicas
de las respuestas conductuales y los
resultados virales en los condados de EE.
UU. Obtenido de: https://www.nber.org/
papers/w27549 14(5), 8 (Accedido el: 7
Mayo 2022)
Toalombo, M. (2021). Leishmaniasis en
el Ecuador. MEDICIENCIAS UTA-Revista
Universitaria con proyección cientíca,
académica y social. Obtenido de:https://
revistas.uta.edu.ec/erevista/index.php/
medi/article/view/1190/1070 (Accedido el:
7 Mayo 2022)
Udayanga, L., Gunathilaka, N., Iqbal
MCM, Lakmal. K., Amarasinghe, U. S. y
Abeyewickreme, W. (2018). Comprehensive
evaluation of demographic, socio-economic
and other associated risk factors affecting
the occurrence of dengue incidence among
Colombo and Kandy Districts of Sri Lanka: a
cross-sectional study. Parasit Vectors. 11(1),
478. doi:10.1186/s13071-018-3060-9.
MONTESINOS-GUEVARA, et al. - Relación entre la estructura urbana y la transmisión de enfermedades infecciosas pp. 13-19 ISSN:1390-5007