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EÍDOS 23
2023
TELLO, C., VEGA, J. - Cinco pautas para promover la residencia, Centro Histórico de Quito, eje 24 de Mayo. pp. 63-79 ISSN:1390-5007
y excoordinador de la Red de Negocios
de Quito, quien tiene un restaurante frente
al Boulevard (área sur) y vive en el sector
desde hace 40 años, expresó que los mo-
radores no tienen una buena relación con
el municipio; además se sienten afectados
por la construcción de la parada del me-
tro, pues los locales comerciales deben
cerrar durante el proceso de construc-
ción; y, al igual que Amada, siente preo-
cupación por el incrementando en el valor
de los arriendos.
Si le soy honesto ha faltado alcalde en los
últimos años en la ciudad de Quito, no nos
ha traído ningún benecio la obra del me-
tro, porque acá no vino nadie a decirnos
vamos a hacer el metro y tal día vamos a
cerrar Santa Clara y tal día vamos a ce-
rrar el Boulevard, sino que de la noche a
la mañana aparecieron, pusieron mallas,
cerraron esto, trajeron maquinaria, trajeron
los tractores, se acabó, ¿y nosotros qué?,
¿los ciudadanos qué?, ¿cómo vivimos?, ¿a
quién reclamamos?
Tanto la intervención del 2011
como la implementación de las estacio-
nes del metro evidencian la falta de invo-
lucramiento con la comunidad, lo cual ha
marcado claros procesos segregativos,
que día a día se arraigan en este territo-
rio y agudizan la desesperación de sus
residentes y comerciantes respecto a su
permanencia en esta zona. Así mismo, se
maniesta una dinámica de boutiquiza-
ción dispuesta, debido al paulatino cam-
bio de comercios tradicionales por otros
negocios con mayores capitales. Frente a
esta realidad Amanda Culqui expone:
Y sabe que aparte de eso vienen los pode-
rosos cuando nosotros ya les dejamos el
Centro Histórico como está ahorita, viene
KFC, viene el Café Valdez, viene la Españo-
la, las Menestras del Negro ¿y nosotros que
hemos luchado?, porque nosotros somos
dirigentes barriales […] y miren dónde esta-
mos ahorita después de haber luchado tan-
to; ¿para qué?, para que le digan: “señora,
váyase”. Somos 10 familias que nos vamos
a quedar sin el sustento diario, pero lastimo-
samente la lucha continuará; tendrán que
llegar a enterarse esto hasta los defensores
de los derechos internacionales.
Además, las intervenciones muni-
cipales, poco acordes con las necesida-
des de los moradores de la 24 de Mayo
han desvirtuado la concepción de espacio
público, convirtiéndolo en su antítesis. La
propuesta de renovación articulada exclu-
sivamente con las políticas de turismo ha
construido espacios muertos, con dise-
ños, iluminaciones y materiales modernos,
pero sin vida. Incluso se han congurado
como límites sociales, lugares de paso, de
no permanencia, y de inseguridad.
La disyuntiva entre lo antiguo y
moderno congura, en el imaginario co-
lectivo, diferentes sensaciones y posturas,
más aún cuando se analiza integralmente
la identidad, las relaciones sociales y la
historia. A lo moderno recurrentemente se
lo acusa de ser productor de no lugares,
es decir, de espacios que no se denen
ni como espacios de identidad, ni como
relacional, ni como históricos. Las zonas
céntricas antiguas han sido catalogadas
y clasicadas bajo una concepción mo-
nofuncional, en donde el espacio público
es únicamente un lugar de memoria, diná-
mico comercialmente hablando, lleno de
viajeros, hoteles, estaciones de transporte
y de barracas antiguas destinadas a dete-
riorarse (Augé, 1992).
Sin embargo, el fracaso de un es-
pacio público no se establece a partir de
la temporalidad: antiguo o moderno, sino
por los escasos procesos de inclusión
ciudadana en la toma de decisiones. La
planicación desde arriba y la imposición
de criterios personales genera una mala
conguración física del especio público y
conictos entre la norma de uso que es-
tablecen los diseñadores y los usuarios
cotidianos. Esta falta de conexión obliga
a las personar a infringir las normas de
uso para adaptarlas a sus necesidades
(Jacobs, 2011).
Los fundamentos teóricos rela-
cionados con el sentir de los moradores
y las sensaciones que genera la 24 de
Mayo en sus visitantes, reeja una proble-
mática compleja. El escaso esfuerzo por
componer políticas de vivienda, la falta
de control estatal respecto al precio del
suelo y arriendos, la desvinculación es-
tatal y el tejido social en la conguración
del espacio público, han consolidado en
una zona monofucional o mejor dicho sin
función. Está inmersa entre un boulevard
rehabilitado pero sin uso, equipamientos
de escala metropolitana, edicios aban-
donados y en deterioro, edicios rehabili-