Nº 19, 2022 | ISSN 1390-5341 - eISSN 2602-8069 | Universidad UTE
TSAFIQUI | Revista Científica en Ciencias Sociales
https://revistas.ute.edu.ec/index.php/tsafiqui/index
Reality of journalists in the central area of Ecuador in time of pandemic
https://doi.org/10.29019/tsafiqui.v12i19.1043
Lorena Catherine Alvarez Garzón. Universidad Técnica de Cotopaxi, Ecuador Álejandrina Aguilar García. KYBERNUS/MÉXICO, México
Jorge Jair Guadarrama Torres. Universidad de Extremadura,
RESUMEN
Esta investigación se realizó en la Región Centro del Ecuador en las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar y Chimborazo con el objetivo de abordar la realidad de los y las periodistas en ejercicio durante la pandemia y así visibilizar las condiciones laborales y personales que enfrentaron mientras desarrollaban el rol de informar a sus audiencias. La metodología utilizada en el estudio es por una parte cuantitativa, la cual buscó medir mediante encuestas con ítems de la escala de Likert las condiciones en las que desarrollaron su trabajo en el contexto de la pandemia del Covid-19 de acuerdo con las variables que se investigaron: condiciones de trabajo, acceso a seguros de salud, materiales especiales para las coberturas, apoyo emocional y situación personal, además se realizaron entrevistas en profundidad a dirigentes de organizaciones de periodismo y una historia de vida sobre la cotidianidad del periodista correspondiente al enfoque cualitativo que también se consideró pertinente. Entre los principales hallazgos, la investigación muestra que durante la pandemia, las condiciones laborales se volvieron precarias, debieron asumir el salto de lo tradicional a lo digital en medio de procesos apresurados, no contaron con protocolos de bioseguridad permanentes y adecuados, hubo un incremento significativo de trabajo y riesgo laboral, además se mencionaron cambios en el proceso de cobertura, así como la dificultad para llegar a las fuentes, todo esto en medio de un auge de fake news que incidieron en su trabajo, también se encontró que a pesar de las circunstancias hay satisfacción por el trabajo realizado y solidaridad entre periodistas. La investigación es una aproximación debido a la situación de la pandemia.
ABSTRACT
The present investigation was carried out in the Central Region of Ecuador in the provinces of Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar and Chimborazo with the aim of addressing the reality of practicing journalists during the Pandemic and thus making visible the working and personal conditions. they faced while developing the role of informing their audiences. On one hand, the methodology used in the study was quantitative, which sought to measure surveys with Likert scale items. The conditions in which they carried out their work in the context the COVID 19 pandemic in accordance with the variables that they investigated: working conditions, access to health insurance, special materials for coverage, emotional support and personal situation, in addition, in-depth interviews were conducted with leaders of journalism organizations and a life story on the daily life of the journalist corresponding to the qualitative approach that also was considered relevant. Among the main findings, the research shows that during the Pandemic in professional practice, working conditions became precarious, they had to assume the leap from traditional to digital in the midst of rushed pro- cesses, they did not have permanent and adequate biosafety protocols, there was an increase significant work and occupational risk, changes in the coverage process were also mentioned, as well as the difficulty in reaching the sources, all this in the midst of a boom in fake news that affected their work, it was also found that despite the circumstances there is a satisfaction for the work done and solidarity among journalists. The research is an approximation due to the pandemic situation.
PALABRAS CLAVE | KEYWORDS
Recibido: 06/05/2022 - Aceptado: 27/05/2022 - Publicado: 01/12/2022 | Páginas: 7-18
Periodismo, Covid-19, pandemia, condiciones laborales periodistas, Ecuador. Journalism, Covid-19, pandemic, journalists’ working conditions, Ecuador.
El periodismo es una de las profesiones que durante la pandemia de Covid-19 no se paralizó, mientras la mayoría se quedó en casa haciendo cuarentena, los medios continuaron informando y los periodistas hicieron su labor para mantener a su público informado. La directora general de la UNESCO Audrey Auzolay señalaría al respecto que:
Durante la pandemia de Covid-19, cuando el acceso a una información de calidad ha sido una cuestión de vida o muerte, hemos visto una vez más hasta qué punto nuestras sociedades necesitan periodistas y profesio- nales de los medios de comunicación que informen a los ciudadanos en un mundo cada vez más complejo.
Esta investigación se realizó en la zona central del Ecuador para visibilizar la situación de los periodistas en una zona geográfica alejada de la capital y con una dinámica diferente a la de los grandes medios capitalinos, una región caracterizada por una presencia mayoritariamente indígena y condiciones de pobreza propias de la pro- vincia. Según datos de la SENPLADES es una de las zonas más extensas y de acuerdo con los últimos datos del Instituto de Estadísticas y Censos (INEC) el índice de pobreza es del 23, 28 %.
El periodista Ryszard Kapuściński, entre sus reflexiones señaló que el trabajo del periodista debe estar inmis- cuido en una labor cuasi sacerdotal “no solo dedicarse a escribir una noticia porque tiene que cumplir una orden de su jefe inmediato, sino que invita a que el periodista viva y conviva al momento de contar una noticia, que se involucre plena e integralmente” (Historia y Comunicación Social – 364),es decir, no es una profesión que sepa- re lo profesional de lo personal; el interés de este estudio es analizar cómo se ejerció en tiempos de pandemia, así como en los medios locales cuyas condiciones son distintas a las de los grandes medios.
Las variables abordadas fueron el ejercicio periodístico local y la pandemia, considerando que el nuevo co- ronavirus ha alcanzado a casi todos los países del planeta, a la vez que se ha producido una circulación masiva de información falsa que se ha extendido tan rápido como el propio virus.
En el Ecuador, la Ley Orgánica de Comunicación (LOC), promulgada en el 2013 señala que se reconocen tres tipos de medios de comunicación: públicos, privados y comunitarios, los cuales están ubicados en todo el territorio nacional. En la estadística del Registro Público de Medios (RPM) del Consejo de Comunicación del Ecuador consta que hasta el 2021 se han registrado un total de 1460 medios, de los cuales 38 están en Cotopaxi, 43 en Chimborazo, 38 en Tungurahua y 16 en Bolívar.
A pesar de que la Ley Orgánica de Comunicación prevé acciones de protección para el ejercicio del periodis- mo y la garantía de que tanto la remuneración como las condiciones sean las adecuadas de acuerdo con el com- promiso del país con los organismos internacionales, en las provincias, como lo demuestra esta investigación, la situación dista mucho de ser la adecuada. Para empezar, la gran mayoría no tiene un contrato de trabajo formal, lo que se traduce en la falta de beneficios y condiciones adecuadas, la figura que más se repite es de canje publici- tario y el trabajo se valora como debería.
Considerando el fenómeno pandémico y ejercicio periodístico, la UNESCO (ob.cit.) refiere:
Los periodistas se encuentran en primera línea en la lucha contra la distorsión de la verdad. A la luz de su rol esencial, su seguridad debe ser garantizada. Para que los periodistas puedan seguir cubriendo la situación de los derechos humanos en el contexto del COVID-19, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha pedido que se brinde protección especial a los periodistas y defensores de los derechos humanos.
En este contexto, la presente investigación es pertinente para evidenciar con cifras y testimonios cuál es la realidad de los periodistas que también están en primera línea también junto con otros profesionales, pero que, sin embargo son los más vulnerables pese a ser una profesión necesaria para combatir una de las mayores preocu- paciones según la Cepal junto a la pandemia y denominada “infodemia” (“infodemia se refiere a la viralización, intencional o no, de contenido especulativo no verificado, que afecta la noción y el
juicio de la opinión pública”).
La investigación busca responder a la pregunta ¿cuál fue la situación de los periodistas durante la pandemia en la zona central del Ecuador, en el contexto de la afirmación de que la libertad de expresión se ve seriamente afectada cuando no hay garantías para los periodistas?
El ejercicio del periodismo es distinto en provincias y en la capital, mientras en las grandes ciudades se encuentra el ejercicio de la profesión como una forma de vida, con todas las condiciones laborales que permiten un trabajo que signi- fique una vida digna; en las provincias la situación es totalmente difícil, la mayoría no tiene contratos de trabajo, deben generar su propio sueldo mediante canjes publicitarios y existe una especie de trato informal entre los dueños de los me- dios de comunicación y los periodistas. Esta situación se complicó en pandemia al no contar con el apoyo de los medios. El desarrollo de la pandemia por Covid-19 ha tenido un fuerte impacto en los distintos ámbitos de las rela- ciones humanas y de la comunicación, especialmente en la comunidad hispanohablante, la forma de vida dentro y fuera de cada uno de los hogares tuvo que alternarse y adaptarse a una nueva forma de vida, por lo que tener que adaptar las actividades e interacciones sociales ha sido un elemento que ha tenido distintas formas de ser
percibido en los contextos en los que se ha producido culturalmente.
Así, el impacto de las necesidades de salud, comunicación, economía y educación utilizó una variedad de medios, tanto de primera como de segunda generación, para llegar a toda la población y así se cubrieron las ne- cesidades prioritarias de la gente.
Para Cuadra et al. (2020), el rápido avance de esta enfermedad altamente contagiosa ha sido calificado por los gobernantes y la prensa internacional como la crisis sanitaria más grave del último siglo. Esta crisis sanitaria glo- bal ha llevado a los gobiernos a establecer medidas urgentes con el fin de proteger a la población y frenar el avance de la enfermedad. Sin embargo, la afectación de la salud poblacional, el deterioro social debido a las medidas de aislamiento, el impacto económico y el estancamiento de los distintos servicios sociales (como la educación) ha sido evidente y de proporciones abismantes a nivel planetario.
Tal apreciación se fundamenta en las pérdidas humanas en primer lugar, así como en las falencias económicas, de producción y de ingresos de recursos frente a la salida de dinero de fondos internos y externos para situaciones de contingencia como la que se vivió por la pandemia del Covid-19.
Así mismo, para Cuadra et al. (2020), una de las consecuencias más importantes de una pandemia es el surgi- miento o aumento de trastornos, emociones negativas como ansiedad, miedo, inseguridad, incertidumbre y, en general, la preocupación en los ciudadanos de todo el mundo. La teoría del sistema inmune conductual (i.e., Be- havioral Immune System, BIS por sus siglas en inglés) señala que las personas despliegan una serie de mecanismos cognitivos, emocionales y conductuales para enfrentar enfermedades contagiosas. Junto con la teoría del estrés y la de evaluación del riesgo, estos modelos explican que, en el contexto de una emergencia sanitaria, las personas identifican señales para evitar exponerse al contagio (por ejemplo, la tos en un contexto de pandemia por in- fluenza), desarrollando emociones negativas y creencias que pueden magnificar o minimizar el riesgo. También despliegan comportamientos de protección ante el riesgo de contagio, que incluso pueden transformarse en conductas discriminatorias. Estos comportamientos influyen en la adherencia de las medidas de prevención, repercuten en un deterioro importante de la salud psicológica o afectan la convivencia social. El impacto psico- lógico de la población por una pandemia ha recibido la atención de investigadores y, hasta la fecha, una cantidad importante de estudios ha reportado de un efecto considerable en la población que requiere ser atendido. Sin embargo, hasta hoy no se cuenta con una revisión sistemática de estos aportes.
De acuerdo con Cuadra et al. (2020), uno de los impactos más significativos de la pandemia es precisamente la afectación que muchos grupos de población hispanohablantes tuvieron en el contexto de su psique, destacando que la pandemia originó no solo el aislamiento preventivo de muchos sujetos sino también la imposibilidad de muchos sujetos de relacionarse posteriormente de manera confiable con otros de su entorno habitual o en otros escenarios. Especialistas en comunicación como lo son: María Elena Meneses, Claudia Benassini, Manuel Alejandro Guerrero (Ortega, 2017) coinciden en establecer dos acciones clave para poder contener el fenómeno para las
fake news (además de la posverdad):
Fortalecimiento del periodismo, a fin de que se pueda basar la gente en los hechos a partir de las fuentes confiables.
Alfabetización digital para que la población aprenda a consumir productos en la red, y así se convierta en un internauta responsable con su entorno, contribuyendo desde su ámbito de acción. Este en particular no es tema que se aborde en este material, pero sin duda habría que profundizar para próximos estudios.
Con respecto a la precarización laboral, la CEPAL (2020) indica medidas de cuarentena y distanciamiento físico, necesarias para frenar la propagación acelerada del coronavirus y salvar vidas. Si bien esta medida se ha he- cho necesaria para detener las cadenas de transmisión de la enfermedad, lo que ha tenido un impacto significati- vo, también ha sido una limitación en muchos casos para el desarrollo del trabajo en diversas áreas, especialmente las que implican asistencia y permanencia en lugares como los periodistas.
Uno de los aspectos más destacados en este estudio es precisamente el hecho de que los periodistas en el ejercicio de su trabajo no sólo están más expuestos a las condiciones de contagio por Covid-19, sino que además existen restricciones a muchos lugares donde antes podían acceder y conocer de primera mano la noticia, como es el caso de los reporteros. Por las mismas situaciones de limitación a las que ha dado lugar la pandemia, no pueden cubrir con total libertad, todas las fuentes.
Esto es lo que se afirma respecto al acceso a las noticias. Lo cual, dadas las restricciones de viaje en todo el mundo, trabajar con reporteros locales tiene más sentido que nunca. La crisis actual está exacerbando la censura de la prensa, y muchos gobiernos autoritarios están persiguiendo a periodistas locales cuya cobertura no se consi- dera favorable. Tomando en cuenta los riesgos potenciales relacionados con la identidad y el perfil del periodista, el equipo informativo, el reportero gráfico, el camarógrafo o realizador audiovisual que se contrate (género, nacionalidad, etnia, trabajos publicados anteriormente, entre otros), debe guiar su planificación (MacArthur Foundation y la Open Society Foundations, 2020).
De esta manera, los periodistas juegan el papel de antítesis de los gobiernos, pero también son los referentes de llevar la información con grandes limitantes no solo en Ecuador; sufren de bajos salarios, amenazas y, en el caso de México, ser el país con más asesinatos de periodistas, lo que lo convierte en el lugar más complicado para ejercer esta carrera. Las cifras muestran que los asesinatos a periodistas en México representan el 58 % de los homicidios contra comunicadores que han ocurrido en América Latina, según reveló la organización Reporteros Sin Fronteras (Infobae, 2022).
Las condiciones socioeconómicas de los periodistas en las provincias dependen de la publicidad que reciben, sin embargo, en la pandemia, este rubro se vio afectado, según MacArthur Foundation y la Open Society Foun- dations (2020):
Para la mayoría de los medios de comunicación la pandemia de COVID-19 ha empeorado lo que ya era una situación financiera difícil, sin embargo, la seguridad debe considerarse una inversión esencial, y nun- ca como un costo opcional. La pandemia del COVID-19 también pone de relieve la responsabilidad que tienen los medios de información con respecto a todos los periodistas y trabajadores, así como su deber con respecto a las personas que cubren. Darle prioridad a la seguridad significa proteger a las personas sobre las que reportamos. (p. 2.)
De acuerdo con Arévalo et al. (2020) “El periodismo en Ecuador se ejerce en condiciones precarias y de flexibilización laboral ya que les periodistas se enfrentan a horas extendidas de trabajo, pagos injustos, falta de beneficios de seguridad social” (p. 6). Uno de los elementos más criticados en muchos contextos por los comu- nicadores sociales y más aún ahora en tiempos de pandemia, a pesar de ello, según un estudio que recogió una muestra importante de encuestas del Consejo de Información y Comunicación del Ecuador (Cordicom), de unos 17 mil profesionales de la comunicación en el país, en las últimas dos décadas hubo un incremento salarial y una relativa estabilidad económica para los periodistas. Casi la mitad (47.6 %) tenía un salario entre $200 y
$800 mensuales, una quinta parte (19.6 %) ganaba entre $800 y $1000 y una cuarta parte (25.2 %) entre $1000 y $3000. Sin embargo, ante la realidad de las condiciones socioeconómicas a las que ha llevado la pandemia por Covid-19 las restricciones financieras de muchos profesionales de salud, son cada vez mayores. Imposibilitando el acceso a condiciones de atención sanitaria como las que se debe o espera en términos de gravedad o de exposi- ción a una sala de cuidados intensivos. Por ello, no existe la posibilidad de asumir ese riesgo.
De acuerdo con las investigaciones, dentro del ecosistema de medios, los más afectados son los medios de comunicación comunitarios durante la pandemia de Covid-19, más puntualmente, los riesgos siguen siendo importantes, a pesar de ello, en el contexto de una situación como la vivida durante la pandemia, es prioritario indicar que según el documento denominado “Protocolo de prevención y atención de personas con sospecha
de Covid-19 en comunidades, pueblos y/o nacionalidades durante la emergencia sanitaria” (2020), dos de los objetivos que se persiguen son precisamente el capacitar a personas voluntarias de la comunidad para el manejo de materiales de protección sanitaria e identificación de síntomas que tengan que ver con la pandemia Covid-19 y el establecer espacios de participación y mecanismos de alerta temprana por varias formas de comunicación con personas líderes o representantes de comunidades, para formular, implementar y evaluar medidas de contención sanitarias de acuerdo con las condiciones de movilidad en el territorio. Pese a eso, el periodismo ejercido desde la comunidad ha sufrido grandes embates, serias modificaciones debido a que muchas regiones poseen cercos preventivos epidemiológicos, en la lucha para frenar el crecimiento de las tasas de contagio por Covid-19.
Sin embargo, la necesaria promoción de la información se ha logrado bajo la coordinación con los organis- mos especializados en la materia, por lo que se ha logrado, según el “Protocolo de prevención y atención de per- sonas con sospecha de Covid-19 en comunidades, pueblos y/o nacionalidades durante la emergencia sanitaria” (2020), desarrollar campañas informativas con pertinencia intercultural para pueblos y nacionalidades, así como las medidas económicas adoptadas en beneficio de los ecuatorianos; y también conformar un equipo de especia- listas traductores de los idiomas de los pueblos y nacionalidades.
FAKE NEWS
La pandemia vino acompañada de toda una oleada de noticias falsas, hasta el punto de que los especialistas en salud y comunicación señalaron la urgente necesidad de frenar la marea de rumores en torno a temas de suma importancia, lo que también se corresponde con la exigencia de poder garantizar a los comunicadores sociales un mínimo de confianza en la cobertura de las distintas fuentes, aspecto que no debe descuidarse debido a las importantes estadísticas que se manejan sobre las complicaciones de la enfermedad Covid-19 y más aún sobre su letalidad.
De igual manera, en esa etapa se manejó la desinformación sin tener aún un impacto y una medición de las re- percusiones. Se señala que en su gestión Donald Trump “lo puso de moda” a través de las fake news, y se considera a Craig Silverman como su verdadero creador y se define en alguna instancia como el intento de crear contenidos fraudulentos con una intencionalidad. Para ello aún falta la medición estadística cuantitativa y la cualitativa de- nominada “Medición de la Opinorofobia”.
Según el sitio de análisis informativo existen siete tipos de mala información y desinformación, tales como: sátira o parodia, contenido engañoso, contenido impostor, contenido fabricado, conexión falsa, contexto falso y contenido manipulado, en varias categorías entrarían las noticias falsas (Warsdle, 2017).
Vale la pena hacer la aclaración que han existido distintos estudios sobre el origen de las fake news que van desde el económico, hasta el político, y aunque no es materia de este artículo, es importante referirlo por ser una variante que ayuda a entender el fenómeno. De ahí la agnotología.
En este contexto la labor del periodista se intensifica, hay una sociedad que espera un deber ser y no considera sus condiciones, Ryszard Kapuściński señalará que “se busca que el periodista sea más tolerante, más humano y equilibrado”.
La metodología a utilizar para llevar a cabo la investigación, en función de los objetivos planteados, y de las características de los elementos implicados en el proceso, es una combinación de métodos, dando lugar a un enfoque cuantitativo.
El enfoque cuantitativo permite al investigador “separarse de la realidad que configura el objeto de estudio con el fin de descubrir regularidades y formular generalizaciones probabilísticas que posibiliten su predicción” (Bisquerra Alzina, 2014, p. 82).
El enfoque cuantitativo de carácter descriptivo va a centrar su actuación en determinar el “qué es” de un fenó- meno educativo y no se limita a una mera recogida de datos “sino que intentan responder sobre el estado presente
de cualquier situación educativa con implicaciones que van más allá de los límites establecidos por los propios elementos estudiados” (Bisquerra Alzina, 2014, p. 197).
Se priorizará el trabajo de campo que permita, entre otras cosas, abordar este tema en profundidad para re- colectar, interpretar, analizar y validar datos, todo ello en el contexto de un marco de referencia teórico sobre el ejercicio periodístico durante la pandemia.
Para la obtención de datos, se realizó una aproximación mediante encuestas digitales enviadas, a los y las pe- riodistas miembros de la Federación de Periodistas del Ecuador FENAPE en las provincias de Cotopaxi, Chim- borazo, Tungurahua y Bolívar, debido a las condiciones de la pandemia, obteniendo 72 encuestas recibidas. Además, se realizaron entrevistas especializadas a los dirigentes de cada provincia.
Además, se incluyó el enfoque cualitativo para realizar entrevistas y una historia de vida que permitió visibili- zar a profundidad mediante los argumentos recabados, las realidades de periodistas de la zona central.
Los instrumentos fueron validados por profesionales de la zona y se abordaron las realidades de la pandemia.
Tras la aplicación de las encuestas, las entrevistas y la historia de vida, se obtuvieron los siguientes resultados de las preguntas planteadas, los principales hallazgos se muestran a continuación:
En la encuesta se preguntó a los periodistas sobre las principales transformaciones que pudieron evidenciar durante la pandemia, el mayor porcentaje se refiere a la preocupación constante por el bienestar de la familia y el sustento económico durante la pandemia, esto se debe a que según la entrevista realizada a Danilo Villaroel presi- dente de la Federación Nacional de Periodistas del Ecuador, los pagos a los periodistas no se realizaron y muchos tuvieron que seguir trabajando a la espera de sus remuneraciones, además que, la mayoría tuvo que establecer canjes publicitarios que se vieron afectados, mientras que Marcelo Toapanta, periodista de Marca TV, relata que fue su tarjeta de crédito la que tuvo que soportar todos los gastos y que tuvo que evitar ver a su familia para no exponerla. El 96 % coincidió en que su familia influyó en su estado de ánimo a la hora de realizar su trabajo.
Por otra parte, la gran mayoría coincide en que la precarización laboral estuvo más presente que en cualquier otra época, tuvieron que enfrentar el cambio casi radical de transmisiones tradicionales a digitales y el uso de redes sociales como soporte, la mayoría confirmó que tuvieron que estar activos las 24 horas y los siete días en las actualizaciones de las informaciones. Lo curioso es que a pesar de que trabajaron más tiempo, de hecho, hay testimonios de quienes fueron despedidos por falta de recursos. María Dolores Eras, periodista de Tungurahua, señaló que estas condiciones la empujaron a dejar su trabajo, pues también tenía la carga de las responsabilidades del hogar.
Como se explicita en la siguiente tabla las transformaciones también tuvieron que ver con la imprecisión de los protocolos de bioseguridad al momento de la cobertura, tanto en la entrevista como en la historia de vida se explica que no todas las instituciones tenían protocolos adecuados para el ingreso, la mayoría optó por pla- taformas como Zoom o WhatsApp cuyos gastos los asumieron los periodistas. Además, hubo dificultad en las entrevistas en especial en el área de salud donde tuvieron que esperar el permiso del ministerio, esto en medio de la presión de las audiencias que exigían ser informadas con veracidad e inmediatez en pleno auge de las fake news. La Tabla 1 muestra las principales transformaciones:
Tabla 1. Pregunta: ¿Cuáles cree que fueron las principales transformaciones que evidenció en su ejercicio profesional durante la pandemia? | |
Salto de lo tradicional a lo digital-procesos apresurados | 86 % |
Precarización laboral-incremento significativo de trabajo y riesgo laboral | 93 % |
Protocolos de bioseguridad ausentes | 95 % |
Cambios en el proceso de cobertura-dificultad para llegar a las fuentes | 80 % |
Solidaridad entre periodistas | 93 % |
Incomprensión y falta de apoyo | 90 % |
Deslegitimación del ejercicio periodístico | 83 % |
Preocupaciones con referencia a la familia, el aspecto económico | 96 % |
Renuncias y despidos | 45 % |
En cuanto a las herramientas para enfrentar la pandemia y desarrollar su trabajo, en las encuestas un alto por- centaje tuvo que invertir en sus propios materiales: guantes, mascarillas, trajes antifluido, entre otros, los medios de comunicación para los que trabajaban no les proveyeron el material necesario, y también invirtieron en plata- formas para las entrevistas, internet y datos. Otro argumento de interés fue que muchos desconocían los nuevos lenguajes y narrativas de las redes, así como la lógica de Big Data, no hubo capacitación y una comunicación no adecuada con los directivos de los medios que no asumieron la responsabilidad, por ende, se sintió mayor vulne- rabilidad en el ejercicio de la profesión. Gloria Taco, periodista de Latacunga, expresó que su trabajo fue intenso y tuvo que asumir un contagio mientras desarrollaba su labor. La FENAPE, como gremio, dispuso la realización de pruebas gratuitas y el acceso a la vacunación en un inicio para los miembros del gremio y más adelante para todos los trabajadores de la comunicación.
Tabla 2. Pregunta: Respecto de las herramientas para el desarrollo de su trabajo ¿cuál es su percepción? | |
| 87 % |
| 97 % |
| 95 % |
| 97 % |
| 87 % |
| 87 % |
| 90 % |
| 87 % |
| 90 % |
El 90 % de los encuestados asegura se contagió de Covid-19 durante su ejercicio periodístico, tuvieron que realizar gastos propios en las pruebas, atención médica y tratamiento, los testimonios relatan que incluso enfer- mos realizaron teletrabajo y quienes los apoyaron fueron sus familiares y amigos cercanos, la situación es grave en función que el 90 % no cuenta con seguro médico estatal y tampoco privado, su trabajo que se realiza en su
mayoría por canje publicitario, lo cual exime a los responsables de los medios de comunicación de pagarles este rubro. Según los datos recogidos por la FENAPE, durante el periodo de estudio murieron 55 periodistas en Ecuador, en la zona central donde se realizó la investigación hubo cuatro muertes en Bolívar, seis en Chimborazo y una en Cotopaxi, donde el caso de la muerte del periodista Miguel Ángel López fue una conmoción para sus colegas que recuerdan que nunca dejó de trabajar en pandemia y luego de ser internado en un hospital público de Ambato murió a los pocos días. Su caso es el de muchos, trabajaba bajo la modalidad de alquiler de espacios informativos, es decir alquilaba un espacio en la radio local para el noticiero de la noche y se financiaba con publicidad, es una especie de freelance que le deja muy pocos recursos que a la mayoría les impide tener recursos económicos adecuados.
Tabla 3. Pregunta: En cuanto a los contagios y gastos de salud, ¿cuál fue su realidad personal? | |
| 90 % |
| 91 % |
| 90 % |
| 98 % |
| 90 % |
| 95 % |
| 90 % |
| 20 % |
Con respecto a este punto, se constató que no había apoyo de los responsables de los medios de comunica- ción; la mayoría de las veces eran los familiares, amigos y grupos profesionales los que lo proporcionaban, había estrés y se sugirió que hubiera incentivos como premios a la excelencia.
Tabla 4. Pregunta: Durante la pandemia, ¿cuál es su percepción respecto del acompañamiento psicológico | |
| 97 % |
| 90 % |
| 97 % |
| 95 % |
| 97 % |
| 84 % |
| 87 % |
| 90 % |
Dado el estudio realizado, llama la atención que los periodistas sigan trabajando en condiciones tan precarias. La encuesta incluía una pregunta abierta sobre por qué siguen ejerciendo su profesión y las respuestas tienen que ver con la decisión de un modo de vida que busca de forma utópica “cambiar el mundo”. En las entrevistas reali-
zadas a profundidad encontramos que pese a las difíciles condiciones en que se ejerce el periodismo en las pro- vincias, la mayoría lo hace por vocación. En la historia de vida se pudo evidenciar que además hay una profunda solidaridad entre colegas y ser un periodista de provincia en su caracterización tiene que ver con una especie de aceptación de las condiciones de trabajo. Según la doctora Palmira Chavelo, el periodista ecuatoriano se concibe a sí mismo como mediador que transmite información y debe mirarse desde las dimensiones de sus relaciones personales, con el Estado y con la ciudadanía.
Tabla 5. Pregunta: ¿Cuál es la motivación para seguir ejerciendo la profesión de periodista | |
Abrazar una profesión que se torna en una forma de vida | 97 % |
Transformar el mundo desde la comunicación | 95 % |
Esperanza y fe en la humanidad | 97 % |
Comunicación transformadora | 84 % |
Una vocación por también estar en primera línea | 87 % |
Un mundo sin comunicación no es posible, alguien tiene que hacer el trabajo | 90 % |
Aprender a desarrollar futuros investigadores en la rama periodística | 90 % |
Una vez desarrollado el estudio en las dimensiones propuestas, se evidencian las difíciles condiciones en la que los periodistas de la provincia desarrollaron su trabajo durante la pandemia (2019-2020), tal y como señalan MacArthur Foundation y la Open Society Foundations (2020) en relación con los protocolos de seguridad ne- cesarios para el ejercicio del periodismo, sobre todo los reportajes en calles, avenidas y lugares donde convergen volúmenes de personas, se evidencian las necesidades reales de seguridad de los profesionales de la comunicación. En este orden, la garantía de la vida debería ser una de las prioridades en condiciones de pandemia como las que se viven derivada de las actuales potencialidades de riesgo en la interacción con el público y las personas en grupos o aglomeraciones a las que los periodistas están permanentemente expuestos. Sin embargo, la disputa deontológica fue que, si sus jefes podían proporcionar los materiales para cuidar de sí mismos, el seguro de salud
y un salario que la ley apoya un mal presagio sobre incluso la muerte.
Ahora, con respecto a los ámbitos de ejercicio según MacArthur Foundation y la Open Society Foundations (2020), los protocolos y acuerdos de seguridad proporcionan claridad en torno a las funciones, responsabilidades y estructuras de gestión. Los protocolos definen quién revisa y aprueba una tarea de alto riesgo, y establecen un claro proceso de escalamiento.
Debido a la necesidad de completar las demandas de protección que puede requerir el personal designado para cubrir una fuente periodística o un determinado suceso, MacArthur Foundation y Open Society Founda- tions (2020) se refieren a la necesidad de verificar a cuál de los dos niveles pertenecen las acciones que ejecutará el comunicador social:
Media/nivel 1. La asignación implica conversaciones cara a cara, reuniones, conferencias de prensa y en- trevistas con personas de las que no se puede confirmar que están infectadas.
Alto riesgo/nivel 2. La asignación implica la interacción con los individuos infectados y entrar en áreas in- fectadas, incluyendo lugares de cuarentena, hospitales, centros de enfermería y atención, y hogares privados.
Así, al establecer una evaluación previa de las condiciones de vulnerabilidad, la definición de las medidas a tomar para asegurar la propia salud del periodista será más precisa.
El ejercicio del periodismo se convierte en un reto con condiciones de bioseguridad limitadas, lo que hace que se perciba como un problema de riesgo y vulnerabilidad.
Los profesionales de la comunicación social están apegados a su labor de informar, pero como seres humanos, necesitan experimentar la garantía de que lo que hacen, sea por cuenta propia (freelance) o por el cumplimiento del deber en una determinada institución o empresa, es valorado, y que sus superiores poseen mecanismos alter- nos para el manejo de situaciones de vulnerabilidad.
Los organismos internacionales reconocen que el equipo básico debe proveer de: mascarillas quirúrgicas o médicas, mascarillas faciales holgadas diseñadas para reducir la transferencia de saliva o gotículas respiratorias que pueden contener virus y bacterias del usuario a los demás y al medioambiente, gafas o lentes para la protec- ción ocular y facial, desinfectante de manos, overol y seguros médicos que se utilicen en caso de contagio.
Un apartado especial debería dedicarse a la situación de los periodistas en relación con el uso de la tecnología como medio para reforzar la comunicación en tiempos de pandemia, que ha sido utilizada en varios países como alternativa para la reconsideración de muchas informaciones consideradas falsas por no proceder de fuentes real- mente creíbles y con un soporte fiable de los hechos descritos en el informe. En tal sentido, según la UNESCO (ob. cit.), la Organización Mundial de la Salud ha identificado esta “desinfodemia” como una verdadera “segunda enfermedad” que acompaña a la pandemia del Covid-19, que es “una sobreabundancia de información, algunas veces precisa, otras no, que dificulta a las personas encontrar fuentes fidedignas y de orientación confiable cuan- do la necesitan”. Al respecto, refieren que “el volumen y la velocidad con la que circula la información falsa dentro de la “infodemia” indica la existencia de una “desinfodemia” tóxica de información falsa e información errónea. Durante una conferencia el investigador Jair Guadarrama (Guadarrama, 2021), señala en su trabajo sobre la nueva medición de los medios como ciertos informantes, se vuelven opinólogos y dan a una estancia de solo crear morbo a través de los comentarios, logrando que la información se convierta en una “opinorofobia”, un miedo a no querer interactuar con las redes, porque los comentarios se volvieron el indicador de las redes para dar información, pero también para poder monetizar sus páginas y perfiles a través del linchamiento mediático. Esta postura nos recuerda a la teoría de la “Espiral del Silencio” de Elisabeth Noelle-Neumann (1995), que se refiere a la opinión pública como una forma de control social en la que los individuos, al percibir las opiniones de quienes les rodean, adaptan su com- portamiento a las actitudes predominantes sobre lo que es aceptable o no. La opinión de los demás coadyuvará a que el individuo quede aislado y tenga un sentido de pertenencia. En suma, esto puede ayudar a comprender cómo en el momento de generar una opinión pública, existe esa necesidad de sumarse a lo que dice la mayoría, porque existe debajo el miedo a no pertenecer, que también se puede aplicar al tejido particular de los medios digitales. Y a partir de ahí el primer comentario puede dictar la agenda, ya que las masas se caracterizan por ser vulnerables y contagiosas.
Así, aunque se apoya el ejercicio del periodismo, sobre todo en los tiempos que corren, lo que es un hecho es que los retos existentes para cerrar la brecha, dar resultados y responder a un entorno sanitario desafiante por parte de los periodistas son superados de manera particular por las regiones, pero con el compromiso de sacar adelante el trabajo que tienen, así como la misión social existente por su parte.
Por tanto, advierte la UNESCO (ob. cit.)
La eliminación, clasificación descendente o etiquetado de la desinformación sobre el COVID-19. Esto se ha realizado cada vez más mediante sistemas automatizados impulsados por la inteligencia artificial. Aunque estos sistemas operaban en el pasado, ahora se aplican más ampliamente, ya que los moderadores humanos de estos medios se han visto obligados a permanecer en casa. Pero a veces una expresión legítima puede ser identificada erróneamente como falsa, y como consecuencia, ser retirada de la plataforma.
En el Ecuador, la Ley Orgánica de Ecuador aseguraba una remuneración digna, sin embargo, la ley no se cum- ple. La investigadora Palmira Chavelo señala que los periodistas siguen siendo “los más vulnerables frente al gran capital de los dueños de los medios de comunicación…la información se convierte en una mercancía”, en provincia la situación se agudiza, no hay controles del cumplimiento de la ley y quienes deberían hacerlo tienen miedo pues no quieren que los medios los persigan, y entonces se hace un bucle en el que la principal víctima es el periodista.
El ejercicio periodístico en la zona central del país durante la pandemia se desarrolló en condiciones de pre- cariedad, debido a los contextos de los medios de comunicación y sus administradores; se evidencia que en su mayoría hay acuerdos de palabra que no se formalizan al momento de incluir periodistas en sus medios, por ende
el trabajo se realiza sin las garantías legales y el trato tiene que ver con que el sueldo del periodista será en función de la publicidad que pueda contratar, esta situación exime el pago de lo establecido por la ley y los beneficios propios de un contrato formal como prestaciones de salud y cesantía. Esta práctica es bastante anterior y se ha convertido en el modo de operar, hay una ausencia de la intervención del Estado para normar esta circunstancia. Las condiciones presentadas se agudizaron durante la pandemia, periodistas perdieron su vida y se conta- giaron, además adquirieron deudas para enfrentar el contagio propio y el de su familia y para adquirir las herra- mientas necesarias para realizar su trabajo, mientras que los dueños o administradores de los medios exigieron trabajos a doble jornada e incluso asumir nuevas responsabilidades en páginas y redes sociales sin que esto sea
reconocido económicamente.
Si estudiamos las dimensiones del ser periodista en cuanto a su relación consigo mismo, con el poder y con la ciudadanía, encontraremos que hay una autodefinición de mediadores necesarios para la sociedad, mientras que el Estado no tiene una presencia fuerte, es un actor de las noticias, pero no garantiza los derechos de los periodistas, y con la ciudadanía hay una interacción constante, pero que cada vez se ve afectada por la presencia de las fake news.
Hay una fuerte presencia del gremio de la FENAPE de apoyo a los periodistas, sin embargo, no logra asociar aún a todos quienes ejercen el periodismo, hay una intención de trabajar el tema de capacitación y profesionali- zación constante, así como el acompañamiento en los procesos de judicialización del periodismo, hay solidaridad entre colegas sin embargo no hay una unidad para exigir derechos laborales.
Una discusión pendiente es buscar, en el contexto actual, cuáles serían los mecanismos adecuados para el cumplimiento de la ley en cuanto a derechos laborales del periodista en las provincias y que los casos que se pre- senten no queden en la impunidad.
La investigación muestra que es importante la declaratoria del periodismo como una profesión de riesgo y que, al igual que otros países, se cumplan con los acuerdos internacionales para garantizar el ejercicio profesional, en concordancia que la libertad de expresión y la democracia participativa se nutren de un periodismo profesio- nal y comprometido.
Frente al auge de las fake news en la época de la posverdad, es necesario generar un mayor apoyo en la profesio- nalización para generar información con rigor periodístico, para que sepan manejar y gestionar este fenómeno, dicha posverdad suele lacerar la información, debido a una cuestión emocional, más allá de contrastar los hechos y los datos.
Además, debemos considerar que cada usuario genera a través de su consumo, una gran cámara de eco/ bur- buja, filtro que resonará en afinidad con creencias, gustos e incluso fuentes. El ejercicio efectivo de periodismo hará que la fuente pueda considerar a los receptores de la información, con apego a su ejercicio, por lo tanto, es necesario mayores mecanismos de apoyo al gremio, considerando los riesgos y el poco apoyo existente, teniendo en cuenta que su ejercicio es un baluarte social.
Arévalo, L., Chicaiza, E., González, I. y Yépez, M. (2020). Así hacemos periodismo. Condiciones laborales de mujeres en medios de comunicación en Ecuador. Friedrich-Ebert-Stiftung (Fes-Ildis). Chicas Poderosas Ecuador.
CEPAL (2020). El desafío social en tiempos del COVID-19. Informe Especial del COVID-19 Nº3, 12 de mayo de 2020. Naciones Unidas 1-22. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45527/S2000325_es.pdf?sequen- ce=5&isAllowed=y
INFOBAE (2022). Reporteros Sin Fronteras: México acumula 58% de los periodistas asesinados en América Latina. https://www.infobae.com/america/mexico/2022/02/22/reporteros-sin-fronteras-mexico-acumula-58-de-periodis- tas-asesinados-en-america-latina/
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Noelle-Neumann, E. (1995). La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social. Paidós.
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Warsdle, C. (2017). Noticias falsas. Es complicado. https://firstdraftnews.org/articles/noticias-falsas-es-complicado/