Sea cual fuere la decisión y el tiempo requerido para volver a la presencialidad, se reconoce que con las clases
virtuales se ha dado un salto cualitativo a nivel educativo y esto abre la posibilidad a una educación híbrida o en
alternancia, con la combinación de clases presenciales y virtuales. Paradojas humanas y socio-técnicas convocan
a la virtualidad y a la realidad-ilusoria, a integrar y establecer nexos a partir de las diferencias existentes.
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. DISCUSIÓN
Entre una postura dura y a la vez real, Trujillo (2020) plantea que el internet se ha convertido en un medio al
servicio de aquella docencia esclava, con el que tiene que demostrar al sistema su aptitud, por tanto, “las tecnolo-
gías móviles encajan perfectamente con las disposiciones y el habitus psíquico del sujeto académico neoliberal:
comprobar, supervisar, descargar” (Gill, 2015 cp Trujillo, 2020).
Las nuevas tecnologías son el otro, con la paradoja y la complejidad que esto encierra, debido a que se abor-
da desde la propia subjetividad, desde lo que se es, un diferente, un aparte, un externo que genera conflicto,
por cuanto se le quita algo de su particularidad y su diferencia (Sztajnszrajber, 2017). El uso inadecuado de la
virtualidad ha puesto en riesgo las formas de comunicación habitual, provocando en algunos casos el deterioro
paulatino de las relaciones familiares, sociales, académicas y laborales, lo que incide en la calidad de los procesos
enseñanza-aprendizaje. Se está ante una paradoja, la búsqueda incesante de contenidos en las redes sociales que
responde a intereses particulares y la brecha cada vez más aguda con las oportunidades relacionales, académicas,
emocionales y axiológicas (Domínguez e Ybañez, 2016, p.183).
La comunicación es experiencia, es vida cotidiana, es interioridad y exterioridad, es el conjunto de mecanis-
mos institucionales para asegurar la transmisión generacional de una cultura heredada que produce en sí misma,
el concepto de autoridad pedagógica encargada de engendrar experiencias. A partir de este criterio, es perentorio
aludir al impacto que generan las nuevas tecnologías y las TIC en el ser humano y en las instituciones educativas
modeladas en paradigmas tecnológicos anteriores, que no logran adaptarse rápidamente a las transformaciones
sociales, en ello, el rol de actualización de la docencia es preponderante, porque más allá de manifestar un des-
ajuste entre las transformaciones materiales, virtuales y tecnológicas, implica un espíritu renovado hacia cambios
que están a la vanguardia de la tecnología y el desarrollo.
El filósofo argentino Sztajnszrajber (2015) plantea la invitación a desconstruir los lugares estancos llenos de
dispositivos y ordenamientos que lentifican o maniatan las mentes. La transmisión de información vertical de
arriba hacia abajo, docencia-discencia es urgente rever para optar por la emergencia de los problemas y dar paso a
la duda y a la incertidumbre del estudiante. ¿Hasta qué punto el aula se puede circunscribir a unas cuatro paredes
o a una plataforma con ventanas llenas de fotos o cuadros negros-multicolores, donde de vez en cuando, asoma
una pizca de humanidad? El ser humano en su diversidad, docentes y estudiantes en particular tienen la esencia
del filósofo, que interpela, que se desacomoda, que no le cree al confort y va en busca del sophos, aquella sabiduría
esquiva y escurridiza, pero latente y sigilosa.
Dispersión y concentración es un concepto relacional que hoy tiene desafíos por la influencia y el impacto de
la tecnología, todo se transforma y la educación también. La tecnología no es un mero accesorio de la educación,
no solo es una pantalla, Mehrabian (1981) afirma que solo el 7 % de la comunicación entre seres humanos se
realiza a través de palabras, porcentaje bajo en comparación al 38 % que privilegia la voz y los elementos que la
componen como volumen, ritmo y entonación. Aparece un porcentaje mayor del 55% que releva la kinésica o el
lenguaje corporal con todo lo que integra, gestos, posturas y miradas; criterio que pone en vilo a la comunicación
virtual respecto a la generación de habilidades comunicativas a través del movimiento corporal y la interacción
humana, ¿serán los avatares tecnológicos los únicos que se encuentren en ambientes educomunicacionales?El
núcleo central de esto son las formas de relacionamiento que tiene el ser humano con la tecnología, porque por
lo general, la tecnología se concibe como algo externo, una vestimenta que se quita y se pone. Aquí, aparecen
dos posturas, una, la tecnología mejora la especie humana en todas sus funciones, es decir, el desarrollo tecnoló-
gico las potencia y mejora la comunicación. Y dos, una postura pesimista donde la tecnología o las maquinas se
convierten en una amenaza, destruyen la naturaleza humana y crean nuevas necesidades. Sin embargo y afortu-
nadamente, aparece una tercera postura que trata de conciliar las dos anteriores y refiere al poder transformador
que ejerce la tecnología al ser parte constitutiva de la naturaleza humana, donde el sujeto está construido por la
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Páginas: 7-18 https://doi.org/10.29019/tsafiqui.v12i17.965 Nº 17, 2021